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Tras un incidente de ciberseguridad, muchas organizaciones incrementan temporalmente su atención y recursos en esta área, sólo para disminuir su enfoque meses después. Este patrón reactivo, aunque común, es contraproducente. En MaTTica, hacemos hincapié en la importancia de una inversión sostenida en ciberseguridad, orientada no solo a responder eficazmente a los incidentes, sino también a prevenir futuros ataques y minimizar su impacto tanto financiero como reputacional.
El Ciclo Reactivo de la Inversión en Ciberseguridad
Es típico observar que, inmediatamente después de un ciberataque, las organizaciones toman medidas urgentes como la actualización de sistemas y la implementación de nuevas soluciones de seguridad. Sin embargo, esta oleada de actividad a menudo disminuye después de unos meses, una vez que la crisis inmediata ha sido gestionada. Este enfoque puede dejar a las empresas vulnerables a nuevos ataques, ya que los actores de amenazas están continuamente evolucionando sus técnicas y tácticas.
Después del incidente: Definiendo prioridades y alcances
Posterior a un incidente de ciberseguridad, es crucial evaluar y entender el nivel de madurez de la organización en términos de sus capacidades de defensa y respuesta. El marco de ciberseguridad del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) ofrece una guía valiosa para esta evaluación, proponiendo que las organizaciones no solo restauren sus operaciones a su estado anterior, sino que también aprovechen la oportunidad para mejorar su postura de seguridad. Identificar el nivel de madurez según las categorías de NIST, que incluyen Identificación, Protección, Detección, Respuesta y Recuperación, ayuda a las organizaciones a visualizar sus fortalezas y debilidades actuales en ciberseguridad.
Esta evaluación de madurez debe ser parte de una estrategia integral de preparación ante incidentes de ciberseguridad. Comprender dónde se sitúa una organización en el espectro de madurez permite a los líderes de seguridad informar y ajustar sus políticas y procedimientos de manera efectiva, garantizando que las lecciones aprendidas durante y después de un incidente conduzcan a mejoras sustanciales y sostenibles en las prácticas de seguridad. Este enfoque proactivo no solo prepara a la organización para responder con más eficacia a los incidentes futuros, sino que también fortalece su capacidad general para manejar las complejidades del panorama de amenazas en constante cambio.
La Necesidad de Preparación Continua ante incidentes
Muchas organizaciones no están preparadas para un incidente, después de que pasa es cuando buscan tener algo. Para evitar la recurrencia de incidentes y minimizar su impacto, es esencial que las organizaciones:
La inversión en ciberseguridad debe ser continua y no debe cesar una vez que la amenaza inmediata ha pasado. En MaTTica, nos comprometemos a trabajar con nuestros clientes para desarrollar estrategias de ciberseguridad que no solo respondan a los incidentes cuando ocurran, sino que también prevengan futuros ataques y minimicen su impacto potencial. Contacta con MaTTica hoy para fortalecer tu postura de ciberseguridad y proteger tu futuro digital.